viernes, 18 de noviembre de 2011

De vuelta...

Arrieritos somos y en el camino nos encontraremos.


   Una vez alguien a quien considero una excelente persona me dijo esa frase.
   Siempre he sido muy perceptiva con respecto a los demás. Normalmente no me hace falta mucho tiempo para captar a la gente que acabo de conocer. La mirada, los gestos, la forma de hablar, de moverse… todo influye. Es algo que siempre me ha caracterizado. También es verdad que soy bastante crítica con las personas.
   Desde que era pequeña, no un bebé obviamente, pero sí desde que tenía 6 o 7 años, cuando conocía a una persona me formaba una idea de ella y a lo largo de mis 21 años en muy pocas ocasiones me he equivocado al juzgar a alguien. Cuando el juicio era malo, evidentemente, la gente en múltiples ocasiones me ha dicho: "No es para tanto", "Hay que conocer mejor a las personas"... ¡Y una mierda! Nunca (bueno, casi nunca) me ha pasado eso. Al contrario, siempre he corroborado mis teorías sobre la persona en cuestión.
   Por supuesto, soy de la opinión de que no hay que juzgar a la gente sin conocerla y lo digo por propia experiencia, porque la primera impresión que la gente se suele llevar de mi no es la misma que tienen una vez me han conocido mejor (aunque es algo que estoy cambiando poco a poco). Pero bueno, digamos que a mí no me hace falta mucho tiempo para “sentenciar” a las personas. Y al final, la gente siempre ha terminado diciéndome: "Tenías razón". Y yo siempre he acabado diciendo lo mismo: “Si lo que yo digo nunca es nada, pero al final…”.
   Otra cosa que me sucede con respecto a las personas es que puedo odiar mucho a alguien, pero ponerle la mejor cara del mundo. Aunque es algo que también estoy cambiando poco a poco. Hay que decir lo que se piensa porque de lo contrario, vas acumulando y vas formando una bola que el día menos pensado…


…y eso no es bueno

   Vaya, después de releerme me doy cuenta de que estoy cambiando varias cosas poco a poco… Algo a lo que sin duda han ayudado estos años de facultad rodeada de gente que aprecio sinceramente y que me ha dado muy buenos consejos que seguiré recibiendo encantada. Por eso desde aquí, repito: don’t worry que “Arrieritos somos… (Y el que quiera que termine el refrán).

Cris.