domingo, 11 de diciembre de 2011

De navidad y cine

   El acueducto se acaba. Sí, el acueducto, maxi-puente o llamémosle x está a punto de terminarse. El lunes nos incorporamos de nuevo a la rutina de las clases. La verdad es que yo me alegro. Esta semana yo no he estado de vacaciones. La mala suerte ha querido que mis exámenes de Diciembre fueran en su mayoría después del punte de la Constitución, lo que me ha llevado a estudiar toda la semana.
   De todas formas, no todo ha sido estudiar y mis escasos momentos de descanso los he dedicado menesteres propios de estas fechas. He comprado los regalos de navidad en centros comerciales realmente abarrotados. Normalmente odio los lugares en los que se concentra mucha gente, pero me encanta ver como las personas se mueven de un lado a otro con prisas y con bolsas de regalos que se darán, me gusta pensar, delante de una chimenea el día de reyes (o de nochebuena). También hemos decorado mi casa con el tradicional árbol de navidad, el cual me gusta ver encendido desde la última hora de la tarde y hasta que me voy a dormir; pero lo que más me gusta es pensar que la gente que camine por la calle verá las luces de colores a través de las ventanas de mi salón. Y como no podía ser de otra forma, en este maxi-puente he ido al cine con mis amigas, a las cuales no veía desde hacía por lo menos tres siglos...

   Y así, de cine sigue la cosa. Hacía tiempo que no iba a ver ninguna película, desde El origen del paneta de los simios, me parece. La cual, por cierto recomiendo totalmente. El domingo pasado fui a ver In time, un thriller de ciencia ficción, ambientado en una sociedad futura en la que se encuentra una fómula contra el envejecimiento que trae consigo superpoblación y la transformación de tiempo en moneda de cambio. Esto hace que los ricos puedan vivir eternamente y que los pobres tengan que negociar cada minuto de su vida. La película en sí me ha gustado (sí, de vez en cuando me gusta ver fantasmadas), pero es que tiene cada cosa... Ya sé que cuando vas a ver una película de este tipo aceptas unas convenciones y ya preparas tu mente para ver ciertas cosas, pero es que algunas son pasarse. Los protagonistas huyen constantemente y tienen que hacerse cada carrerita que vamos, pero aún así la chica está siempre subida en unos taconazos de 20 cm, por lo menos, que te dan ganas de decirle "pero ponte unas Converse, hija mía de mi vida", pero en fin... Además, el protagonista masculino es Justin Timberlake y a mí este chico me parece que actúa como el ... Yo le doy un 6 justillo.


   El jueves la cosa cambió. Fui a ver Criadas y señoras. ¡Qué bonita! Reconozco que antes de meterme en el cine ya sabía que me iba a gustar (drama, años 60, racismo, EEUU, amistad). Nos encontramos en Mississippi, donde una joven sureña sueña con convertirse en escritora. Su vuelta a la ciudad revoluciona a sus amigos ya que se propone entrevistar a las mujeres de color que se han pasado la vida al servicio de las grandes familias, sufriendo de todas las maneras posibles una gran discriminación racial. Podría decir muchas cosas de esta joya de película, pero necesitaría un post solo para ella. La recomiendo 100%. Espero sinceramente que gane muchos de los premios que se le auguran. Las actuaciones me parecen de 10, desde Emma Stone a la que nunca asociaría a este tipo de cine, hasta Bryce Dallas Howard (grandiosa haciendo de "mala"); pasando, por supuesto, por Viola Davis y Octavia Spencer, geniales en sus roles de criadas. Es una película en la que el peso se lo llevan las mujeres, pero no puedo dejar de hacer un inciso para nombrar a mi adorado Mike Vogel (protagnista de Pan Am, serie de la que estoy totalmente enamorada) que también aparece en la peli. La BSO es genial, muy de la época. Vestuario (¡qué vestidos por Dios, me los pondría todos los días!), escenarios y demás acertadísimos. En resumen, una de esas películas que cuando acaban te dejan con muy buen sabor de boca porque cuenta con unos personajes a los que te cuesta decirles adiós y dejarlos marchar.


Cris.

viernes, 18 de noviembre de 2011

De vuelta...

Arrieritos somos y en el camino nos encontraremos.


   Una vez alguien a quien considero una excelente persona me dijo esa frase.
   Siempre he sido muy perceptiva con respecto a los demás. Normalmente no me hace falta mucho tiempo para captar a la gente que acabo de conocer. La mirada, los gestos, la forma de hablar, de moverse… todo influye. Es algo que siempre me ha caracterizado. También es verdad que soy bastante crítica con las personas.
   Desde que era pequeña, no un bebé obviamente, pero sí desde que tenía 6 o 7 años, cuando conocía a una persona me formaba una idea de ella y a lo largo de mis 21 años en muy pocas ocasiones me he equivocado al juzgar a alguien. Cuando el juicio era malo, evidentemente, la gente en múltiples ocasiones me ha dicho: "No es para tanto", "Hay que conocer mejor a las personas"... ¡Y una mierda! Nunca (bueno, casi nunca) me ha pasado eso. Al contrario, siempre he corroborado mis teorías sobre la persona en cuestión.
   Por supuesto, soy de la opinión de que no hay que juzgar a la gente sin conocerla y lo digo por propia experiencia, porque la primera impresión que la gente se suele llevar de mi no es la misma que tienen una vez me han conocido mejor (aunque es algo que estoy cambiando poco a poco). Pero bueno, digamos que a mí no me hace falta mucho tiempo para “sentenciar” a las personas. Y al final, la gente siempre ha terminado diciéndome: "Tenías razón". Y yo siempre he acabado diciendo lo mismo: “Si lo que yo digo nunca es nada, pero al final…”.
   Otra cosa que me sucede con respecto a las personas es que puedo odiar mucho a alguien, pero ponerle la mejor cara del mundo. Aunque es algo que también estoy cambiando poco a poco. Hay que decir lo que se piensa porque de lo contrario, vas acumulando y vas formando una bola que el día menos pensado…


…y eso no es bueno

   Vaya, después de releerme me doy cuenta de que estoy cambiando varias cosas poco a poco… Algo a lo que sin duda han ayudado estos años de facultad rodeada de gente que aprecio sinceramente y que me ha dado muy buenos consejos que seguiré recibiendo encantada. Por eso desde aquí, repito: don’t worry que “Arrieritos somos… (Y el que quiera que termine el refrán).

Cris.

martes, 20 de septiembre de 2011

En el nombre del padre

   Para no dejar que me invada la pereza de escribir en el blog, voy a empezar con fuerza y hoy redactaré la segunda entrada.
   No sé como empezar, la verdad. Pretendo hacer de este blog un lugar en el que ir dando opiniones personales sobre cine, libros, series de televisión, alguna cosilla sobre música (aunque es un tema en el que estoy un poco perdida), también sobre Fórmula 1 (una de mis grandes pasiones) o simplemente sobre hechos o cosas diarias que me parezcan dignas de mención.
   Como buena futura filóloga intento leer de todo y es algo que me apasiona. El cine y las series de televisión me encantan e intento ponerme al día siempre que puedo en cine clásico. Pero la música ya es un tema aparte, intento aprender siempre que se me presenta la ocasión sobre cantantes o grupos míticos, pero son tantos que es algo casi inabarcable, aunque poco a poco.
   Así que hoy comenzaré con cine. Concretamente con mi película favorita: En el nombre del padre. Dirigida por Jim Sheridan en el año 1993 y protagonizada por Daniel Day-Lewis, se convirtió allá por el 2005 en la mejor película que he visto hasta la fecha.


      Avalada por la crítica (se quedó sin el Oscar porque ese año se lo llevó La lista de Shindler) y los espectadores, este drama carcelario basado en hechos reales cuenta la historia de Gerry (Day-Lewis) un juerguista que se enfrenta al IRA y es enviado por su padre a Inglaterra. Por casualidades del azar es acusado de participar en un atentado terrorista y es condenado a cadena perpetua junto a "los cuatro de Guildford". También termina arrestado su padre (Pete Postlethwaite) y en la cárcel descubre la gran fuerza interior de éste. Con la ayuda de una abogada (Emma Thompson), Gerry pretende demostrar su inocencia y limpiar el nombre de su padre, además de hacer público el mayor error legal en la historia de la justicia británica.
   Varias razones llevan a este film a encabezar mi lista de películas favoritas, entra ellas: el guión (magistral, haciendo que secuencias como las de los interrogatorios consigan horrorizarme),  la banda sonora (sobrecogedora en momentos clave, como el inicio con la canción de Bono o el final con "You made me the thief of your heart" de Sinead O'Connor), la historia en sí, muchas escenas magníficas (el principio, el final, los presos arrojando papeles ardiendo por las ventanas de sus celdas o los juicios, por ejemplo). Y, por supuesto unos actores maravillosos, destacando sobre todo a Daniel Day-Lewis, un grandísimo actor al que descubrí gracias a esta película y al que no he dejado de seguirle la pista.
   Sin más, solo me queda recomendar a todo aquel que no haya visto la película, que la vea, porque no tiene desperdicio.

Daniel Day-Lewis: "Soy un hombre libre y saldré por la puerta principal"
Emma Thompson: "Creo que la palabra compasión debería ser borrada de nuestro diccionario"

Trailer In the name of the father

Cris.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Inauguración

Hoy, 19 de Septiembre de 2011 me he decidido y he abierto un blog. 

   Espero actualizarlo con frecuencia y no dejarlo abandonado a su suerte, perdido por la red. ¿Qué escribiré en él? La verdad,  no lo sé. Supongo que terminará siendo un totum revolutum de cosas que se me ocurran.
   Me imagino que debo comenzar explicando el título del blog, cosa que me llevó un mundo decidir. Todo aquel que abre un blog espera (digo yo) que de repente se le ocurra algún título la mar de ingenioso que quede de maravilla. Pero el primer problema viene cuando los múltiples títulos que se te ocurren ya están cogidos. Entonces empiezas a indagar en frases de libros, películas, cd's y demás que signifiquen algo para ti, que sean cortos y perfectamente aplicables al blog en cuestión. Cuando te das cuenta de que éste propósito es más bien una quimera es cuando te decides a poner una frase que simplemente te guste, da igual que sea algo fácilmente recordable o que sea demasiado largo. Y aquí es cuando abro uno de mis dos ejemplares de Orgullo y Prejuicio de Jane Austen y me decido por la frase con la que comienza la novela: "Es una verdad mundialmente reconocida...".
   ¿Por qué esta frase? Bueno, Pride & Prejudice es probablemente mi novela favorita de todas las que he leído hasta ahora (que no han sido pocas) y aunque el libro está repleto de frases y pasajes que me parecen esplendidos, el inicio es el inicio.

Cris. 
Mi ciudad y yo